Kilsby, en Northamptonshire, es un eje de transporte importante para los distribuidores del Reino Unido. Un poco más tarde de las 05:00 del 31 de octubre de 2012, el sistema de rociadores en un almacén de distribución de productos alimenticios de Tesco se puso en funcionamiento al producirse un incendio en la sección de aerosoles. Esta sección, situada en un edificio de 158.000 m² y 15 m de altura, contiene productos muy volátiles. Dos cabezas de rociadores se activaron y controlaron el fuego en cuestión de segundos, dando lugar a unos daños mínimos. El sistema se alimenta por un grupo de bombeo desde un depósito de agua. Ninguno de los 300 ocupantes de edificio resultó herido en el incidente, y las existencias del centro de distribución, valoradas en varios millones de libras, no resultaron afectadas por el fuego.
No hizo falta más que una intervención mínima del Servicio de Bomberos de Northamptonshire en este incidente.
A las 02:35 del 9 de noviembre, el Servicio de Bomberos de East Sussex recibió una llamada de una residencia compartida en Hove. Jo Fowler informa de que, al llegar, los bomberos se encontraron con que el sistema de rociadores doméstico se había puesto en funcionamiento y había extinguido el fuego. Dos mujeres, de 18 y 22 años, habían vuelto a casa tarde tras haber consumido mucho alcohol, habían colocado comida sobre el fogón y se habían quedado dormidas. El aceite de freír de la sartén colocada sobre el fogón prendió fuego.
Aproximadamente a las 13:30 del domingo, 11 de noviembre de 2012, se produjo un incendio en un centro de producción de una fábrica de fieltro en Ossett, West Yorkshire. Según las últimas informaciones, ninguna de las seis personas que se encontraban en el edificio resultó herida. Ochos cabezas de rociadores se activaron en el sistema, que se alimenta mediante bombas desde un depósito de agua. Se informó de que el incendio había sido contenido, y el Servicio de Bomberos de West Yorkshire acudió con dos dispositivos de bombeo para garantizar la extinción completa del fuego.
El 14 de noviembre a las 02:09, el Servicio de Bomberos de Tyne & Wear recibió una llamada por un incendio en una subestación eléctrica en el centro comercial Eldon Square, en Newcastle upon Tyne. El incendio fue provocado por el agua que goteaba del piso superior sobre el interruptor de un generador en funcionamiento que explotó, soltando grandes cantidades de aceite, lo que provocó una llamarada inmediata en el sector de incendio. El equipo de bomberos utilizó extintores de CO2 para completar la extinción tras el aislamiento del suministro de energía. Una cabeza de rociador se puso en funcionamiento para limitar el daño producido por el fuego a la sala de origen.
A las 20:38 del lunes, 26 de noviembre de 2012, el Servicio de Bomberos de West Yorkshire recibió una llamada por un incendio en un punto de venta de 400m² y dos plantas en un importante centro comercial. Al llegar, los bomberos se encontraron con que el sistema de rociadores alimentado desde la red pública ya se había activado y una cabeza de rociador había controlado el fuego, evitando que se propagara y permitiendo que los 4 empleados escaparan del edificio. Se calcula que el fuego provocó daños en el 5% del edificio en cuestión.
Stew Adamson del Servicio de Bomberos de Hampshire informa de que el equipo de bomberos recibió una llamada para acudir a un almacén en el polígono industrial Walworth, en Andover, a las 08:21. Al llegar, se encontraron con que el sistema de rociadores se había activado y había controlado el fuego. Solo un 1% del edificio sufrió daños. Stew Adamson declaró que «el impacto de un incendio en las empresas puede ser catastrófico y el 80% quiebra antes de transcurrir un año después de un incendio. Esta empresa sigue en funcionamiento y gracias al sistema de rociadores el incendio no afectó a las empresas venicas. Todas las empresas deberían implementar planes para evitar los incendios, responder ante ellos y recuperarse después.» En este incidente, se activaron dos cabezas de rociadores. El almacén es de construcción de acero de 120 metros por 85 metros. Una investigación demostró que la causa del incendio fue un fallo eléctrico.